Garry Kasparov enfrentado a Deep Blue (fotografía: Laurence Kesterson) |
Un lunes como hoy (10 de febrero),
aunque no fue lunes, la máquina venció por primera vez al hombre.
Fue en 1996. Un sábado.
Deep Blue (azul profundo), el
superordenador creado por IBM para jugar al ajedrez, derrotó en su
primera tentativa al campeón del mundo vigente de ajedrez Gary
Kaspárov. Este hecho supuso un hito frecuentemente recordado por
tratarse de la primera ocasión en la que el hombre se veía superado
por un sistema informático. Sin embargo, se sucedieron varias
partidas durante los días siguientes en aquel febrero en las que el
ruso acabó venciendo por 4-2.
El azul profundo, el inmenso océano
sin limites. El desconocimiento en la puerta de casa. El hombre
explora y conoce, casi al dedillo, el Sistema Solar y, a la vez,
ignora por completo las profundidades marinas. A imagen y semejanza
del conocimiento, el océano nos colma de ignorancia y, a la vez, de
terreno por explorar. ¿Qué tipo de hombre soy? ¿Soy como la
inmensa mayoría que ni sabe ni quiere saber? ¿Soy de los menos que
creen que saben pero que en realidad no saben? ¿O soy de los muy
pocos que saben que no saben y que además saben que nadie sabe?
Al año siguiente, en 1997, IBM
creó Deeper Blue (azul más profundo) que volvió a medirse con
Kaspárov y le venció finalmente en una partida con ritmo estándar.
En informática, la vertiginosa velocidad de desarrollo hace que ese
ordenador parezca casi una calculadora a día de hoy, probablemente
superado por casi cualquier smartphone. Era cuestión de tiempo. Sin
embargo, ¿será cuestión de tiempo que una máquina sustituya al
pensamiento humano? Lo será.
¿De verdad sabemos lo que nos espera en, digamos, 15 o 20 años?
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