Retrato de Julio Verne. Foto: Wikipedia.org |
Nació en Nantes y era el mayor de
cinco hermanos. De familia acomodada, recibió buena educación y fue
un buen estudiante. De pequeño sus inquietudes giraban entorno a la
poesía y la ciencia y se dice que estaba enamorado de su prima. En
1847 empezó a estudiar derecho en París. Pero su verdadera pasión
era la escritura y el conocimiento, por lo que pasaba mucho tiempo
leyendo y su padre, al dejar de lado la abogacía, dejó de mandarle
dinero.
Conocimiento, imaginación y visión
Sus
novelas, donde describía con gran rigor científico cada suceso,
ponen de manifiesto su conocimiento en numerosos campos, como la
aeronáutica o la geografía. En De
la Tierra a la Luna
prácticamente acierta el lugar donde más de cien años más tarde
el Apolo XI partiría en su viaje a la Luna. Para los curiosos
existen infinidad de datos increíbles y, de esta forma, muchos
sitúan a Verne como un auténtico visionario. Inventos como el
submarino eléctrico (Veinte
mil leguas de viaje submarino, 1869)
donde el capitán Nemo ya usaba el Nautilus, un artilugio similar al
submarino Peral que se construiría años más tarde en España. O
los módulos lunares, o los amerizajes de dichos módulos, o el
helicóptero, o internet, o el motor de explosión, o las armas
eléctricas, o las descripciones de la ciudad de París...
Una figura fascinante
En
mi opinión, Verne disponía de muchos conocimientos y estaba muy al
tanto de los nuevos descubrimientos científicos, lo que le suponía
una ventaja a la hora de anticipar nuevos avances. Sin embargo, otros
son puramente aciertos increíbles. Cada cuál que quiera, que busque
datos y saque sus propias conclusiones. Yo ciertamente noto que he
leído poco sobre él, y que me faltará tiempo para hacerlo, por
desgracia, porque la esencia de sus novelas de ciencia y aventuras se
me antoja apasionante.
Sus
novelas más conocidas, junto a las citadas anteriormente,
probablemente sean: La vuelta al mundo en 80 días (1873), Viaje al
centro de la Tierra (1864), Cinco semanas en globo (1863) o La isla
misteriosa (1874).
Estatua de Julio Verne en Vigo. Foto Wikipedia.org |
Y
para terminar, una cita de Verne, una manera de describir nuestro
conocimiento y, sobretodo, nuestro desconocimiento: Qué
gran libro se podría escribir con lo que se sabe. ¡Otro mucho mayor
se escribiría con lo que no se sabe! Lo que sí sabemos es que Julio Verne sabía, y mucho, para el tiempo que le tocó vivir.
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